
Mi generación no ha tenido que sufrir los bocadillos bomba de nuestros padres. No solo porque eran un veneno para el estómago, sino porque también eran una explosión de grasas, azúcar y calorías vacías. Creo que el menos malo era el bocadillo de tableta de chocolate y el primer premio hacia la diabetes se lo llevaba el bocadillo de mortadela con aceitunas y mermelada de melocotón. Claro, así entiendo cómo el apetito de mi madre es capaz de sobrevivir las comilonas familiares navideñas… ¡Está curtido en mil batallas! Yo no recupero el hambre hasta después de Reyes, jaja.
Entiendo que en aquella época, cuando apenas se podía comer 3 veces al día, tener que alimentar a una camada de mocosillos hambrientos y coloraos como tomates de correr por la calle, era complicado. Aquellos potajes panarras significaban un combustible barato y que daba mucho rendimiento, ya que saciaba a los pequeños hasta la cena, por si esta no era muy abundante. ¿Y cómo los niños de antes estaban tan flaquillos y ahora nuestros hijos no? Porque los niños de antes no paraban quietos: entre el colegio, los juegos en la calle, el trabajo doméstico e incluso, el trabajo en el campo o la obra (antes se podía trabajar legalmente con 14 años) quemaban ese azúcar libre rápidamente. Ahora, pensamos que alimentamos mejor a nuestros hijos porque comen 5 veces al día y comen galletas de dinosaurios y cremas de cacao sin aceite de palma y sin azúcar, pero ricas en edulcorantes y grasas vegetales de poca calidad que a la larga, alterarán su microbiota intestinal. Nuestros hijos están sobrealimentados, y yo como hija, era la primera: mucha comida, exceso de “meriendas infantiles” y poco ejercicio. Educación Física en el cole no cuenta…

Actualmente, no hay escasez de alimentos y por suerte, todos los alimentos frescos y saludables como las frutas y las verduras, son asequibles para todos los bolsillos. De modo que con un poco de creatividad, podemos ofrecerle a nuestros pequeños alimentos ricos y saludables que ayuden a educar su paladar hacia sabores más puros y verdaderos, no tan dulces y azucarados. Así nació mi choc-cream, la crema de chocolate que va a hacer templar a las comerciales: sin azúcar, ni grasas, ni edulcorantes, potenciadores del sabor, extractos… Solo cacao en polvo, frutos secos y un ingrediente secreto. ¿Quieres saber cuál es? ¿Eres una chocoadict@ como yo?
¡Sigue leyendo! En menos de 20 min puedes tener entre tus manos una tostada calentita cubierta por una capa cremosa de crema de chocolate que ¡también vale como mousse vegana!

Ingredientes para 500 g de choc-cream:
- 300 g de boniato asado. **Leer consejos.
- 3-4 cucharaditas de sirope de dátiles. Con 3 cucharaditas le das el punto justo de dulzor, pero si eres muy goloso, puede añadirle una más sin empalagar. Si no tienes, necesitas 7 dátiles secos en rama.
- 3 cucharadas de cacao en polvo desgrasado y sin azúcar.
- 4 cucharaditas de mantequilla de almendras casera. Si es comercial, asegúrate que es sin azúcar añadido. **Leer consejos.
- 16 cucharadas de infusión de manzanilla.
- ½ cucharadita de café colmada de canela.
- ½ cucharadita de café rasa de cayena molida (opcional).
- 1 Pizca de sal en escamas o normal. **Leer consejos.
Procedimiento:
- En la frutería de mi barrio solo venden boniato asado, pero si tú no lo puedes conseguir, solo tienes que comprar uno fresco y asarlo en el horno 180º durante 30 min o 40 min hasta que esté tierno, envuelto en papel de hornear. El tiempo dependerá del tamaño. Si lo has comprado ya asado, solo tienes que pelarlo, cortarlo en cubos y pesar 300 g.
- Si no tienes sirope de dátiles, no te preocupes, pon un poco de agua en un bol mediano y caliéntala en el microondas durante 1 min a máxima potencia. Pon una bolsita de manzanilla y los dátiles en el agua hirviendo. Espera 10-15 min a que se hidraten. Después, deshuesa los dátiles si fuese necesario.
- En el vaso de la batidora o el robot de cocina o el procesador de alimentos, ponemos todos los ingredientes excepto el agua. Echamos el agua en tandas de 4 cucharadas en 4 cucharadas, mientras trituramos, para que podamos ajustar el espesor de nuestra crema a nuestro gusto. Yo con 16 cucharadas obtuve una mousse muy cremosa y untable de chocolate, no debe quedar muy líquida, sino más bien espesa, con cuerpo. No obstante, si la quieres más líquida, solo tienes que añadir más infusión de manzanilla.

Dudas y consejos.
- Boniato… ¡Puag! Sí, sé que estás pensando que eso de boniato y chocolate, no pega ni con cola, pero cuando la pruebes amarás a ese tubérculo tan feo, porque ¡solo sabrá a chocolate! El boniato le da dulzor sin necesidad de añadir azúcar, miel, ni siropes vegetales, y además le da cuerpo y espesor sin tener que añadir aceites o grasas de distintos tipos. Si aun así te resistes a probarlo, sustitúyelo por calabaza.
- Dices que no lleva azúcar pero lleva sirope de dátil… Es verdad, lleva una cantidad insignificante de sirope de dátil, que es un triturado de esta fruta donde se encuentra su fibra, por lo que sus azúcares se asimilan más lentamente.
- Si no tienes mantequilla de almendras, hacerla casera es muy fácil y te da tiempo mientras se hidratan los dátiles: pon 200 g de almendras peladas a 180º durante 15 min. Luego, tritura con la batidora hasta tener una crema muy líquida. Y listo. 😉 Tengo pendiente hacer una entrada sobre este tema.
- ¿Manzanilla? Sí, además de aromatizar la crema, la hace un poco más digestiva y alarga su vida en el frigorífico respecto a si usáramos algún tipo de lácteo o bebida vegetal. Dura hasta 3 semanas en la nevera.
- Puedes añadir el tipo de sal que quieras, pero la sal en escamas tiene un alto grado de pureza mientras que la de mesa suele estar adulterada, por lo que es menos conservante que la sal en escamas.
- ¡Échale picante! ¡Yeah! El picante le dará vidilla a tu crema y no te va a arder la boca, ni le va robar protagonismo al chocolate, al contrario, realzará aún más su sabor. Si eres chocoadict@ como yo, hazme caso… En México llevan haciéndolo milenios y a todos nos gusta su chocolate.
- Puedes congelarla sin problema. Después, déjala descongelar durante 24 horas en la nevera y listo.

¡Y tachán! ¡Choc-cream para todos! Aunque ya estemos creciditos, ¿quién puede negarse a una buena tostada de pan integral calentita con una capa de mousse de chocolate? ¿O a un porridge con una cucharadita de esta crema? NADIE. Y ahora en otoño… Apetece más aún con un buen té, infusión o leche y un libro. ¡Qué ganas ya de coger la manta!
Las especias de esta crema le hacen muy versátil de modo que no sólo te servirá para tus tostadas, también combina de fábula con frutas, yogur, leche, porridge de avena, pudding de chía… ¡Las combinaciones son infinitas! Si tienes todos los ingredientes a mano, se hace en un plis-plás y aunque tengas que prepararlos, no tardarás más de 20 min. ¿A qué esperas para hacerla? ¡Pruébala este mismo fin de semana!
¡Qué aproveche!

Bibliografía:
- La mejor Nutella casera y saludable – Receta fácil. Megasilvita.
- Mousse de Batata y Cacao Baja en Grasa. Danza de Fogones.
No te olvides de estas otras recetas…
- Barmbrack vegano. La alternativa irlandesa al pan de muerto.
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- Anko japonés sin azúcar.
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