
El salmorejo cordobés es ese amigo viejoven, que a pesar de los tiempos que corren, aún se sigue metiendo la camisa por el pantalón y vistiendo con náuticos. Sin embargo, entra de lleno en uno de esos hashtags de moda: #comfortfood. ¿Y por qué? Por que…
- Te sientes feliz como una perdiz al comerlo: es fresquito, ligero y de un color rojo muy llamativo.
- Se hace en 5 minutos y tienes cena o primer plato para dos días (o los que quieras si lo haces varios litros como servidora).
- El aroma del pan, los tomates, los pimientos, el aceite… ¡Te transporta a la colorida huerta de verano!
¿Te tengo que dar más razones para que pruebes este salmorejo?
¿Sí? ¡Aquí te disparo 3 más!
- Lleva un 50% menos de pan que la receta tradicional (más ligero).
- Tiene un 75% menos de aceite de oliva (sin reducir su sabor intenso).
- ¡Presenta el color más rojo y el sabor más intenso que hayas probado nunca!
¿Quieres ver cómo lo consigo? ¡Apunta!

INGREDIENTES
- 2 dientes de ajo
- 1,2 Kg de tomate pera (muy carnoso y maduro).
- 100 – 150 g de pan duro de 3 días. A poder ser, de telera cordobesa (candeal).
- ½ pimiento verde italiano o uno entero si es pequeño.
- ¼ de pimiento rojo.
- 50 ml de aceite
- 30 ml de vinagre
- Sal
PROCEDIMIENTO
- Lavamos muy bien los tomates. Yo nunca los pelo. Lo veo absurdo, ya que la mayoría de los procesadores y batidoras del mercado tienen una potencia suficiente para no detectar la piel, ni las pepitas. No obstante, eres libre de escaldarlos y pelarlos.
- Lavamos los pimientos y les quitamos las semillas y hebras. Pelamos los ajos y les quitamos el germen.
- Trituramos todas las verduras en el procesador o baso de la batidora de turno. Añadimos el pan troceado y volvemos a triturar.
- Echamos el vinagre y el aceite poco a poco mientras trituramos para que emulsione. No deben quedar goterones de aceite.
- Salamos a nuestro gusto y a la nevera. Terminará de coger consistencia en frío.

¡Quiero un salmorejo así de coloraito!
- ¿Le pones al salmorejo Titanlux? Jajajaja, no. Ese color que tiene es por el pimiento rojo (le da dulzor) y por el tomate pera bien maduro (la piel y la carnosidad de este tomate aportan mucho color). Otro truco es batir la mezcla lo mínimo posible, sin levantar mucho la batidora, para incorporar la menor cantidad de aire posible (que aclara el color).
- ¿Pimiento? Sí, sé que el salmorejo tradicional no lleva pimiento, pero a mí me gusta el matiz agridulce que le da. Tú haz lo que quieras.
- ¿También le has puesto vinagre? Sí, sí y sí. Soy muy partidaria de poner vinagre a esas comidas o emulsiones que llevan una cantidad importante de aceite. No solo ayuda a mejorar su conservación, sino que también las hace más digeribles. Si no te gusta, al carajo con el vinagre.
- ¿Se puede congelar? Como poder, se puede. Pero aviso: cualquier emulsión que congeles, y más si lleva almidón, sufre. Así que cuando la descongeles tendrá un aspecto feo. Nada que no se arregle con una buena batidora y 5 minutos de ruido.

A mí el gazpacho me gusta comerlo en una consomera. ¡Es como el caldo en Navidad! Me lo como a ritmo de cuchara, acompañado de un vaso de agua con 2 hielos y un par de rodajas de limón. ¡Gloria! Aunque mi padre, se lo come con tenedor mojando pan… Hay costumbres que ni el paso del tiempo, ni los hashtags saludables podrán cambiar.
¿Y tú? ¿Cómo haces el salmorejo cordobés? Puedes escribírmelo en los comentarios y me encantará leerlo 🙂
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Bibliografía.
- Salmorejo cordobés tradicional. Pakus, Directo al Paladar.
- Salmorejo cordobés. Alfonso López, Recetas De Rechupete.
- Salmorejo cordobés con Thermomix. Camen, tía Alia, Directo al Paladar.