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Tomate en polvo.

Por Picantere
Cuchara llena de tomate en polvo para especiar

¡Hey, picantones! ¿No os ha pasado alguna vez que, después de hacer salsa de tomate o pisto, miráis la cantidad de pieles de tomate que habéis pelado y el cubo de la basura y os da lástima tirarlas? ¿No? Vale, vale, soy yo la única rara. Pero, lo penséis o no, lo que sí estáis haciendo es tirar el dinero. -¿El dinero? Si eso ya no sirve pa’ naaaaaaaaaaaa. Ese es el pensamiento que debemos de evitar porque… Si se come, nada tiene desperdicio;) Eso os quiero enseñar con esta entrada, que AQUÍ NO SE TIRA NA-DA. Y si sois como mi madre, que no lo hace porque dice que luego no sabe qué hacer con él, yo os digo que lo hagáis, y una vez que lo tengáis, ya veréis como lo usáis. En hacerlo no tardáis nada, y no porque se seque en un pis-pás el tomate, sino porque se hace SO-LO. Si, si como oyes. Además es muy económica porque no necesitas energía eléctrica, ni esfuerzo físico. Ni siquiera tomates, solo la piel que te ha sobrado. Si ya tienes mitad de trabajo hecho… ¿Para qué desperdiciarlo? Venga, anímate, que te lo cuento todo aquí.

Pero no os puedo dejar ir a la receta sin hablaros de los tomates, vosotros id si queréis, yo me quedo más tranquila sabiendo que os lo he dejado por escrito. Por si os pica la curiosidad.

Lo siento chicos, el tomate no es verdura, sino fruta. Es así, la vida nos la juega a veces. Es una fruta con gran poder antioxidante y desintoxicante. ¿Y en qué me baso para decir esto? En las vitaminas y pigmentos que contiene.

El tomate es rojo porque contiene una alta concentración de licopeno, un flavoniode de la clase de los carotenos, que funciona como potente antioxidante. Por ello, aconseja para prevenir algunos tipos de cáncer como el de cuello del útero, pulmón, estómago, vejiga, mama y de próstata. También favorece la síntesis de tejido óseo, por lo que ayuda a evitar la osteoporosis durante la menopausia o la vejez, cuando es más probable la descalcificación ósea. Aunque estamos acostumbrados a la mala prensa del cocinado de las frutas y verduras porque pierden vitaminas al contacto con el calor, en el caso del tomate, es aconsejable. Durante su cocción, se libera más licopeno y es una forma más asimilable para el organismo de esta forma. Así que ya sabéis, ¡a hacer salsas de tomate!

Además del licopeno, también encontramos el glutatión. Es otro potente antioxidante como el anterior, que contribuye a la eliminación de los radicales libres acumulados en el organismo. Sobre todo, propicia la eliminación de metales pesados, como el plomo, que podemos acumular por ejemplo, al ingerir atún o pez espada. A ver, no nos alarmemos, hablamos siempre de mg y µg. No nos vamos a morir de eso, pero sí se abusa mucho, sí puede llegar a ser un problema, principalmente para el envejecimiento celular. Además, reduce la presión arterial, evita que el hígado se esfuerce demasiado y previene el eczema. Sin embargo, a diferencia del licopeno, no se encuentra en la carne del tomate, sino en su piel. Por eso, hay que comer el tomate crudo o… ¡En polvo! Es una buena forma de añadir a nuestra dieta antioxidantes y además, un punto de sabor a nuestros platos, ¿no os parece?

Por otro lado, las vitaminas presentes en el tomate son la A y C, que destacan por su poder detoxificante. La vitamina A interviene en el crecimiento y regeneración celular (especialmente en el tejido ocular), y en el mantenimiento del tejido óseo. También participa en la regulación de la actividad del sistema inmune. Por su parte, la vitamina C se centra especialmente en la elimanación de sustancias tóxicas procedentes del metabolismo celular o de la digestión, como el plomo y los nitratatos y nitritos que se ingieren con algunas carnes. Esta actividad detoxificante permite el buen funcionamiento y esto del sistema nervioso, observándose cierta mejoría en estudios realizados sobre patologías nerviosas como el Alzheimer o la fibromialgia.

No solo es un buen antioxidante y detoxificante, sino que también es rico en minerales como el potasio y el calcio. El potasio no solo regula el balance hídrico corporal, sino que también interviene en la contracción de múscular, junto con el calcio. Además, contienen gamma aminoácidos butíricos (GABA) que contribuye en el control de la presión arterial.

Un tema que siempre toco, y con el tomate no pienso tocar mucho, es el contenido calórico. La mayor parte del tomate está compuesta por agua, por lo que su contenido calórico es insignificante: 20 Kcal por 100g. Ahora que, ojito con lo que le añadimos ehh… Ese aceitito, ese pan, esa sal… Todo en su justa mediada es bueno, pero sin pasarnos.

Por último, solo me queda añadir que la acidez del tomate puede dar problemas a personas con úlceras de estómago, gastriris o acidez. Pero eso no quiere decir que no puedan comerlo. Sí pueden comerlo, pero siempre con precacución y cuidado, dependiendo de la tolerancia de cada uno.

 

Ahora sí, ya es hora de LA RECETA

Ingredientes para un bote de especias cualquiera:

  • Pieles de tomates. Para que te salga un botecito como a mi, de 2 a 3 kg de tomate, que si haces conserva, o un pisto generoso, las conseguirás sin problemas. Si no, puedes ir acumulando pieles durante 3 días máximo en la nevera, en un tupper hermético, bien cerrado, con mínima humedad. Da igual la variedad: pera, de rama, rosa… etc.
  • Gasas de la farmacia. Las mismas que usamos para curarnos o tapar una herida.
  • Una terracita, patio o ventana con bastantes horas de luz durante todo el día.
  • Un plato y una mesita o silla para apoyarlos.

Mmm… No sé si mandaros a la cocina o al balcón. ¡Manos a la obra!

  1. Si ya tenéis las pieles acumuladas de los tomates, genial. Si váis a preparar una salsa de tomate o un pisto, y váis a usar muchos tomates, mi recomendación es escaldarlos. ¿Porque tardas menos en pelarlos? Sí, y porque la piel sale fina fina, sin trozos de carne, por lo que tardará menos en secarse. Si no, no pasa nada, pero tardará mucho más en secarse. Para escaldar los tomates es tan fácil como poner un cazo u  olla hervir con agua y un bol con agua fresca e hielo. Lavamos los tomates y cuando hierva el agua, los introducimos en ella. Dejamos un minuto hervir y lo sacamos con la ayuda de la espumadera. Los vamos metiendo en el bol con agua fresca. Ya solo queda pelarlos e ir depositando las pieles en un bol o plato o tupper.
  2. Disponemos las pieles de tomate en una bandeja de mimbre o madera, nunca de plástico o metal, o se quedarán pegados y se achicharrarán. Si no tenéis ningunas de esas cosas como yo, lo mejor es un plato plano, grande o pequeño, dependiendo de la cantidad que tengáis. Deben estar lo más extendidas posible, nada de amontonar unas encima de otras. En una sola capa.
  3. Cubrimos los platos con una gasa o si no son lo suficientemente grandes, con un par de ellas. Las pieles deben quedar cubiertas por completo con la gasa, para que no puedan entrar insectos pero sí puedan respirar las pieles.
  4. Colocamos sobre una silla o mesita en el lugar soleado que tengáis. Ponerlo cuando empiece el sol a dar en esa zona y retirarlos cuando el sol deje de dar. En mi caso, lo pongo sobre las 12 y media de la mañana y los retiro a las 9 de la noche. Aprovechar siempre las horas del almuerzo, es cuando el sol más calienta.
  5. Exponemos al sol durante 2-3 días o hasta que veamos que están completamente secas. A mi me tardaron 2 días y medio.
  6. Una vez estén secas, ponemos en el vaso de la batidora o si tenéis una procesadora de alimento con buenas cuchillas que deje la piel muy picada, mejor. La idea es obtener un polvo de las pieles una vez batamos. Con la batidora sale un poquilli más gordillo, como a mi, pero igualmente bueno.
  7. Almacenamos en un tarrito de vidrio pequeño, que reciclamos de otra especia ya agotada. Como véis, el mío es de tomillo 😉

 

C’est fini! 

¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos con esto?

En dos palabras: de TO-DO. Sí, como bien dije antes, si no lo haces, nunca podrá picarte el gusanillo de «¿y si se lo hecho a los macarrones?». ¡Hazlo! Úsalo a tu antojo, y sobre todo, disfruta de su aroma mientras lo trituras… Huele a tomate concentrado o a salsita muy espesa. Es una delicia y tenéis que probarlo. Yo lo uso principalmente para pizzas, masas, pastas y… Estofados o carnes a la brasa o plancha. Hazme caso… ¡Qué aproveche! 

Bote de tomate en polvo echo especia

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